domingo, junio 03, 2007

 

-EL 80 POR CIENTO- (O La Maldición Del Vulgo.)

Y pensar también ayuda a echar el rato.
Si tenemos en cuenta que la vida de una persona adulta normal se desarrolla el 80 por ciento de su tiempo haciendo cosas que no le apetecen, lo coherente es no ser demasiado cuidadoso con ella.
El 80 por ciento de la gente trabaja en algo avocacional invocacional y novocacional. Además lo hace el 80 por ciento del tiempo. El otro 20 son las vacaciones, que esas sí son vacacionales vocacionales.
En el 80 por ciento de su tiempo, una persona normal está deseando que se acabe de una vez eso que está haciendo.
¿Cuántas cosas hace al día que le gusten.?
Algunos defienden que les gusta por ejemplo dormir, comer, beber, fumar, meter un clavo, etc.
Al que le gusta comer, simplemente le pasa que como el 80 por ciento de su día ordinario es indeseable, se toma la revancha en la mesa, convirtiendo una necesidad fisiológica en un deseo engañosamente voluntario.
Al que le gusta beber, beber sin alcohol, le pasa otro tanto de lo mismo. Cree que a través de las papilas se resarce del tedio. Pero no puede estarse el 80 por ciento del tiempo ingiriendo zumos y refrescos.
Al que le gusta beber con alcohol lo que le pasa es que combate el aburrimiento de unas actividades indeseadas, con un pequeño ansiolítico embotellado. Pero no puede estarse el 80 por ciento del día metiéndose orujo porque muy pronto dejaría de darse cuenta de si le está gustando lo que hace o no.
Al que le gusta dormir lo que le pasa es que llega a tan sofisticado nivel de automentira, que cree que estar inconsciente el mayor múmero de horas posible es lo más eficaz para librarse de hacer aquellas cosas para las que no tiene ánimo. Pero nadie puede dormir el 80 por ciento de su vida, ya que entre otras cosas, se moriría de hambre, de sed y se lo haría todo en la cama, con lo que huele eso, y entonces ya no le resultaría grato dormir tampoco.
Y al que le gusta echar un polvo, lo que le pasa es que está muy bien, pero dura poco. Nadie puede estarse el 80 por ciento de su vida en un carnal-carnívoro ayuntamiento. No habría cocaína suficiente ni para la nariz ni para el rabo.

Así pues, lo que creo sinceramente y por eso lo estoy escribiendo, es que todos los que el 8o por ciento del tiempo estamos insatisfechos con nuestros actos o situaciones, lo que deberíamos hacer es por lo menos fumar. Tener la decencia de ser fumadores.
Cuando uno está enganchado al tabaco, además de gustarle lo que hace, ya que puede fumar constantemente, y es un vicio que respeta las 7 horas de sueño y los espacios temporales en que come bebe o jode, se le acorta la vida. Es cierto, no es un mito, fumar acorta la vida. ¿Y acaso eso no es maravilloso.?
Una actividad deseada, social y gratificante, que además te libra de buena parte de ese 80 por ciento de mierda que te tiene la vida deparado, debiera ser obligatoria.

Sé que esto que manifiesto es arriesgado y tendrá detractores, pero será en todo caso gente inculta y manipulada.
Conozco a un tipo que se dedica a las labores del campo, que siempre ha sido de tractor. Como no ha estudiado el pobre.
Piensen en ello.
Y si ahora no se sienten con fuerzas, cuando acabe el año, háganse la firme propuesta de empezar a fumar a partir del próximo enero.


(El autor no se hace responsable de lo que ha dicho, ya que escribía sin apetecerle, francamente.)

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