miércoles, agosto 29, 2007

 

--FRANK ZAPPA-- 6.

(Viene del capítulo anterior.)

Zappa seguía descorazonado. Aquellos tíos estaban más pasados que el arroz que sobró en la santa cena.
Terry se metió un cuter cuello abajo para cortarse una cuerda vocal y se rellenó las narices con silicona para cantar como Bob Dylan.
Entonces Frank estaba componiendo un tema instrumental llamado “Pichas en Regalicia” y Winnie le pilló la partitura para envolverse un bocadillo de atún.
Como Frank se cabreó, los tres músicos lo echaron de la banda y continuaron sin componer ni tocar durante largos meses. Luego se supo que llegaron a telonear a los Status Quo en una gira por el sur de Gales.
De ellos dijo Rossi: “Jamás había escuchado un grupo tan monótono.”

Zappa, que era zurdo los días impares, se dedicaba en cuerpo y alma a componer y practicar en su garaje. Como no le quedaba tiempo para ligoteos ni novias, compaginaba los ensayos con la masturbación. Así pues, terminaba las sesiones manualmente destrozado.

Una noche estaba tocando en un infecto local de yonquis y se puso a puntear con el wah wah, pero como tenía los dedos dormidos e hinchados cual ristra de butifarras, a mitad de solo, se le ocurrió seguir tocando con los dientes.
En éstas, un perturbado del público se pilló una paranoia rara y le lanzó una botella de JB encendida con el mechero.
El etílico molotov pegó de lleno en la guitarra y Frank para apagarla la cogió del mástil y se lió a golpearla contra el suelo del escenario. La guitarra se partió y él, en un charco de fuego, se resbaló y se cayó contra los altavoces. El ruido que salía del equipo fue algo inaudito, pero para sorpresa de propios y extraños, a la gente le gustó.

Era bárbaro: Un guitarrista destroyer que hacía el amor con su guitarra en llamas y la tocaba con los incisivos.
Al día siguiente en toda la prensa yanqui se podían leer portadas como: “Los Angeles Lakers-112 Boston Celtics- 98” o “Elvis está en el edificio” o “Nixon lo tiene jodido” o “A Kennedy lo mataron la NFL y Castro” o “Desmentido de última hora. En realidad lo mató el Che” etc.., pero en el mundillo underground la noticia corrió como la pólvora en la guantera de un fórmula 1.

Por aquel entonces, ya Elmer the Pelver andaba engordando en Hawai y vestía unos pantalones tan acampanados que sus modistas se los hacían empalmando un par de sotanas.
El rock´n´roll estaba agonizando. La gente necesitaba algo más fuerte. Todos los artistas empezaron romper los instrumentos al final de sus shows: The Who, The Kinks, The Small Faces, The Mamas & The Papas, Andy Williams, y un largo etcétera.
Cat Stevens, por ejemplo, se hizo daño al estrellar su pandereta contra el suelo. Le rebotó y le abrió una brecha en mitad de la frente por la que se le fue toda la inteligencia y le entró un dios.

Capítulo 77.
Frank Zappa tras publicar en el mismo año hasta cinco longplays, cambiar de músicos ocho veces y de discográfica catorce, decidió pasar de todo y dedicarse a ser un genio.


Otros historiadores dicen que le salió bastante bien.

Yo opino que de haber surgido alguien mejor que él, ahora estaríamos hablando de Frank Zappa como el segundo mejor artista de todos los tiempos.

Pero, amigos, con gran dolor en mi corazón debo anunciar que me es completamente imposible continuar esta biografía.
Mi familia cree que me está afectando demasiado. Y lo primero es lo primero.

Lo siento de veras.

FIN




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